Renato Moretti Académico Facultad de Psicología, UAH.
“[La historia de la psicología] es la psicología, toda ella, y la psicología no puede ser estudiada seriamente aparte de su historia” (Julian Jaynes).
I ¿Es necesario estudiar historia de la psicología durante la carrera de psicología? Se podría decir que para desempeñarse en una profesión no hace falta conocer su historia. Que, para ser psicólogo o psicóloga, lo que hace falta es contar con los conocimientos y las destrezas necesarias para ejercer con “eficacia” la profesión. Pero, ¿se puede considerar esto suficiente? Algunos autores han argumentado sobre la relevancia de la historia de la psicología en los planes de estudio. Por ejemplo, Tortosa y Vera 1 señalan que ella cumple tres tipos de funciones formativas en la disciplina: (a) pedagógica, ayudando al estudiante a articular su diversidad interna, (b) heurística, alimentando sus reflexiones contemporáneas, y (c) legitimadora, justificando responsablemente el valor de la psicología. Por su parte, Fierro 2 , destaca que la historia de la psicología contribuye como fuente de insumos intelectuales para la psicología actual, como prevención de juicios históricos errados, como estimulante del pensamiento científico práctico y como potenciadora del pensamiento crítico y el desapego doctrinario. Es quizás este último aspecto el más sugerente respecto al valor formativo de la historia de la psicología. Las funciones pedagógicas o heurísticas de la historia pueden contribuir al aprendizaje y ejercicio de la disciplina, pero no necesariamente contribuyen al desarrollo del pensamiento crítico, atributo que puede considerarse distintivo de la propia formación universitaria.
II A partir de la década de 1970 se desarrolló toda una “nueva historia” 3, que cuestiona a la “historia tradicional” de la psicología. Según la nueva historia, la versión tradicional ha contribuido a la autolegitimación de la psicología, fundamentalmente retratándola como una ciencia de antiguo linaje y problemáticas estables. Contra esa forma de legitimación, la nueva historia se presentó como crítica: medio para cuestionar la historia heredada y reconsiderar la psicología como actividad de actores de carne y hueso en circunstancias concretas y particulares. Aunque algunos autores estiman esta contraposición como exagerada 4, se puede rescatar que el estudio de la historia de la psicología, críticamente concebida, puede contribuir a una mentalidad cuestionadora de las grandes ideas, tradiciones y figuras intelectuales de la disciplina. Una historia crítica de la psicología, ¿no pondrá en riesgo las adhesiones de los estudiantes respecto a la disciplina? En esto vale la pena una legitimación en el sentido señalado por Tortosa y Vera (i): la historia no debiera conducir a la decepción, sino a la reconsideración del presente y de la responsabilidad que cabe a psicólogos y psicólogas sobre su propia actividad. Así, las consecuencias de la crítica no se orientan tanto hacia la erosión sistemática de la psicología, como hacia una evaluación realista de su valor y del lugar que ocupa cada uno de los psicólogos y psicólogas en ella.
III Por último, quisiera destacar tres temáticas que emergen al considerar la psicología históricamente, y que pueden considerarse relevantes en la propia formación disciplinar: (1) El papel del exterior en la historia de la psicología. Casi todo el desarrollo de la psicología científica se ha caracterizados por problemáticas que se originan fuera de sus contornos 5, ya sea en polémicas filosóficas de antigua data, ya sea en problemáticas sociales y políticas que demandan soluciones tecno-científicas. La comprensión de las trayectorias históricas de las diversas “psicologías”, tiene que ver no sólo con la historia de los debates en el desarrollo de la ciencia, sino también con las diferentes articulaciones históricas de la psicología con otros contextos, intelectuales y sociopolíticos. (2) Diversidad y neutralidad en psicología. Toda la psicología que alguien enuncie o practique es una “psicología desde cierto punto de vista” (v). La historia de la psicología contribuye a evitar que consideremos (a) como neutral lo que es una historia que siempre tendrá una perspectiva, y (b) como verdadero y eterno a aquello que es sólo una forma posible de comprender y hacer psicología. (3) Carácter productivo de la psicología. Hay una tendencia de las personas y del mundo social en general a adecuarse a las ciencias y así a confirmar sus afirmaciones. Las ciencias sociales ayudan a producir el mundo que describen 6. La psicología también parece compartir este rasgo. Así, ha ayudado a traer a la existencia a todo tipo de entidades psicológicas que pueblan el mundo social, tales como personalidades y complejos, inconscientes y refuerzos, memorias e inteligencias. Este último punto, por cierto, nos debiera llevar a pensar que la responsabilidad histórica de psicólogos y psicólogas no sólo pasa por el ejercicio de un saber sobre el mundo, sino por su contribución a la producción histórica de ese mundo.
1 Tortosa, F. y Vera, J. A. (1998). Historia e Historiografía de la Psicología. En F. Tortosa, Un Historia de la Psicología Moderna. Madrid: McGraw-Hill.
2 Fierro, C. (2015). El rol de la enseñanza de la historia de la psicología en la formación del psicólogo: relevamiento y análisis de algunos argumentos sobre su valor curricular. Perspectivas en Psicología, 12(1), 18-28.
3 Furumoto, L. (1989). The New History of Psychology. The G. Stanley Lectures, 9, 9-34
4 Lovett, B. (2006). The New History of Psychology: A review and a critique. History of Psychology, 9(1), 17-37.
5 Legrenzi, P. (1986), Historia de la Psicología. Barcelona: Herder. Especialmente su Introducción
6 Callon, M. (2008). Los mercados y la performatividad de las ciencias económicas. Apuntes de investigación del CECYP, 14, 9–68.