El lugar de la Psicología frente a situaciones de catástrofe

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EDITORIAL

Por Evelyn Hevia Jordán, Académica Facultad de Psicología, UAH.

En abril de 2010, abrimos este espacio para poner en diálogo a la Psicología con las problemáticas actuales. El primer número de Psicología Hoy, abordó “Las lecciones de una catástrofe”. A más de 4 años, y tras 18 números publicados, volvemos a interrogarnos sobre qué podemos decir desde la psicología frente a este tipo de situaciones. Coincidentemente, esta nueva etapa del Psicología Hoy, retoma una problemática que pareciera emerger en el ámbito psicosocial, sólo como uno de los múltiples efectos visibles que trae consigo una catástrofe.

Incendios, terremotos, maremotos, aluviones, erupciones volcánicas, son parte de una larga lista de palabras que tienen un sentido concreto y práctico para quienes vivimos en esta larga y angosta franja de tierra. Se nos enseña desde pequeños protocolos de seguridad y cómo enfrentar estas situaciones. Tenemos memoria de las largas jornadas televisivas pro-ayuda a los damnificados en distintas situaciones de emergencia, las que se repiten al menos un par de veces al año, en distintos formatos y regiones del país.

El sábado 12 de abril de este año, asistimos a la transmisión en directo de cómo la ciudad de Valparaíso, Patrimonio de la Humanidad, se incendiaba. Las imágenes eran ya conocidas, periodistas transmitiendo desde el “lugar de los hechos”, cámaras filmando a los pobladores de los cerros corriendo con sus pertenencias, autoridades e instituciones tratando de reaccionar y tomar medidas frente a la magnitud de la catástrofe y la reaparición del ya conocido fenómeno de “la solidaridad de los chilenos”. El fuego no cesaba y durante casi dos semanas reaparecieron focos de incendio. Mientras duró el fuego, las cámaras permanecieron transmitiendo en vivo la catástrofe y el despliegue de distintos grupos de voluntarios que llegaron desde todo el país a solidarizar con Valparaíso. Una vez extinto el incendio, como siempre sucede, casi todos se fueron.

Este fenómeno nos llevó a distintos escenarios de interpelación respecto al lugar de la(s) psicología(s) frente a este tipo de situaciones de catástrofe, que no pueden ser comprendidas como “azotes propios de la naturaleza y geografía de nuestro país”, sino que desde las distintas psicologías podemos comprender las causas y efectos de estos fenómenos en un marco sociohistórico.

De este modo, se puede apreciar que las catástrofes en Chile tienen una raigambre en la desigualdad social, que, para el caso del último incendio en Valparaíso, una de las explicaciones tiene que ver con la ocupación-distribución de complejas geografías y en precarias condiciones por las capas más pobres de nuestro país, frente a lo cual tanto el Estado, sus instituciones y la Psicología, han cumplido un rol paliativo de las consecuencias, que de preocupación sobre la preparación psicosocial para abordar este tipo de situaciones.

Aquí es donde surge un desafío relevante para la investigación e intervención en el ámbito de la psicología y para nuestro rol como formadores de futuros profesionales de la salud mental. ¿Cómo comprendemos y qué tipo de abordajes usamos frente a estas situaciones? ¿Podemos pensar las catástrofes socionaturales como un ámbito de desarrollo disciplinar más allá de la emergencia? ¿Cómo pensar este problema en un concierto más complejo y no sólo reaccionar conteniendo los efectos psicológicos y sociales de estas situaciones? Si bien la psicología de la emergencia y los desarrollos de las intervenciones en crisis, nos aportan una mirada respecto a cómo actuar frente a este tipo de situaciones, quizás sea tiempo no sólo de capacitarnos en este ámbito, sino problematizar la noción de catástrofe como un evento imprevisto y comenzar a desarrollar una línea en el ámbito de la psicología que se ocupe de estos temas en su investigación, intervención y formación profesional.

Es por esto, que en este número, invitamos a reflexionar desde tres posiciones distintas: desde el rol y posicionamiento del programa de Apoyo a Víctimas del Ministerio del Interior, cuyo equipo profesional tiene que intervenir en situaciones de emergencia y de conmoción social; desde el trabajo de asociatividad academia-comunidades, que se ha desarrollado desde la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y, desde la academia que se interroga por la formación de profesionales que desarrollen destrezas en el ámbito de la comprensión de estos problemas y por cierto, del despliegue de estrategias de intervención situada antes, durante y post catástrofes, involucrando a los distintos actores: comunidad, afectados, voluntarios, profesionales de la salud mental, instituciones estatales y no gubernamentales que intervienen en estos contextos.


1. Psicología HOY, N°1, Abril 2010, “Las lecciones de una catástrofe: Del huracán Katrina al terremoto de Chile”