Aun cuando hace varios años dejó de ser feriado, el 11 de septiembre ha quedado inscrito de manera simbólica en nuestro calendario. Para algunos, implica un recuerdo amargo, una postal de colores grises, con olor a humo y ruido de aviones bombardeando un sueño, un quiebre importante en sus vidas e ideales que se vieron fracturados por la violencia de ese día y los 17 años de dictadura que le siguieron.
Por Evelyn Hevia Jordán, Psicóloga Magíster (c) en Historia, Universidad de Chile, Académica Facultad de Psicología Universidad Alberto Hurtado.
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Aun cuando hace varios años dejó de ser feriado, el 11 de septiembre ha quedado inscrito de manera simbólica en nuestro calendario. Para algunos, implica un recuerdo amargo, una postal de colores grises, con olor a humo y ruido de aviones bombardeando un sueño, un quiebre importante en sus vidas e ideales que se vieron fracturados por la violencia de ese día y los 17 años de dictadura que le siguieron.
Por Evelyn Hevia Jordán, Psicóloga Magíster (c) en Historia, Universidad de Chile, Académica Facultad de Psicología Universidad Alberto Hurtado.
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