Fuente: Universidad Alberto Hurtado
La invitada especial de la reciente versión de la Cátedra Ignacio Martín Baró, María Margarita Echeverri, quien ha estudiado la migración latina hacia España y la migración colombiana en Antofagasta, explica que efectivamente hay un lugar de los estereotipos imaginarios que tenemos que empezar a romper desde la academia y desde todas las personas que trabajan en el mundo de la inmigración. Muchas veces lo que se comprende de la vida de los migrantes es única y exclusivamente desde el destino, en este caso desde Chile y ahí hay un vacío: “Chile recibió personas europeas y estadounidenses por muchos años y eso no causó ningún problema, en el momento que se exacerba la migración de venezolanos, colombianos y haitianos se vuelve un problema social”, asegura.
¿Por qué? ¿Es racismo?, ¿es ignorancia?, ¿es falta de empatía?
Porque desconocemos la historia de los inmigrantes que llegan, los leemos sólo desde el día que piensan tierra chilena. Desconocemos un contexto de origen como es de Colombia que a pesar de haber reconocimiento de las víctimas de nuestro conflicto armado, no ha parado el problema. Se silenció a una de las guerrillas que son las Farc, con la entrega de armas, pero qué pasa con el resto de los grupos. Me llama profundamente que en Chile se ignore que en Colombia tenemos casi 7 millones y medio de población en situación de desplazamiento obligado interno y que según Acnur al año 2015 casi 400 mil refugiados o personas en situación de protección internacional. El conflicto armado es el que genera migración en los colombianos.
¿Huyen porque quieren proteger a sus familias?
Gran parte es una situación de huida para salvar a sus hijos. En la investigación que realicé en Antofagasta parte del registro es que son mujeres que escapan de estos lugares de guerra. que vienen del pacífico colombiano para salvar a sus hijos de las vinculaciones forzadas a grupos armados.
Fuente: Universidad Alberto Hurtado
La invitada especial de la reciente versión de la Cátedra Ignacio Martín Baró, María Margarita Echeverri, quien ha estudiado la migración latina hacia España y la migración colombiana en Antofagasta, explica que efectivamente hay un lugar de los estereotipos imaginarios que tenemos que empezar a romper desde la academia y desde todas las personas que trabajan en el mundo de la inmigración. Muchas veces lo que se comprende de la vida de los migrantes es única y exclusivamente desde el destino, en este caso desde Chile y ahí hay un vacío: “Chile recibió personas europeas y estadounidenses por muchos años y eso no causó ningún problema, en el momento que se exacerba la migración de venezolanos, colombianos y haitianos se vuelve un problema social”, asegura.
¿Por qué? ¿Es racismo?, ¿es ignorancia?, ¿es falta de empatía?
Porque desconocemos la historia de los inmigrantes que llegan, los leemos sólo desde el día que piensan tierra chilena. Desconocemos un contexto de origen como es de Colombia que a pesar de haber reconocimiento de las víctimas de nuestro conflicto armado, no ha parado el problema. Se silenció a una de las guerrillas que son las Farc, con la entrega de armas, pero qué pasa con el resto de los grupos. Me llama profundamente que en Chile se ignore que en Colombia tenemos casi 7 millones y medio de población en situación de desplazamiento obligado interno y que según Acnur al año 2015 casi 400 mil refugiados o personas en situación de protección internacional. El conflicto armado es el que genera migración en los colombianos.
¿Huyen porque quieren proteger a sus familias?
Gran parte es una situación de huida para salvar a sus hijos. En la investigación que realicé en Antofagasta parte del registro es que son mujeres que escapan de estos lugares de guerra. que vienen del pacífico colombiano para salvar a sus hijos de las vinculaciones forzadas a grupos armados.