La decisión del gobierno de Australia de prohibir el acceso a redes sociales para menores de 16 años a partir de noviembre de 2025 ha reactivado el debate global sobre los riesgos del entorno digital y la salud mental de niños y adolescentes. La medida —una de las más estrictas a nivel mundial— busca proteger a los menores de edad en internet frente a los impactos negativos asociados al uso intensivo de plataformas como Instagram, TikTok o Snapchat.
Según datos del gobierno australiano, casi dos tercios de los adolescentes entre 14 y 17 años han sido expuestos en línea a contenido perjudicial, incluyendo violencia explícita, consumo de drogas, suicidio y autolesiones. Ante este panorama, el país oceánico se adelanta al resto del mundo con una normativa que podría sentar precedentes para otras legislaciones.
Esto fue lo que abordaron en el programa Sana Mente de CNN Chile, donde fue entrevistado Lucio Gutiérrez, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado, para quien este no es un debate que se limite a lo político o educativo: “El uso de las redes sociales y el uso de los smartphones es un tema de crianza. No es un tema solo de políticas públicas, no es un tema solo de educación, es un tema de crianza”, enfatiza el académico. Gutiérrez pone sobre la mesa una discusión clave: ¿Hasta qué punto deben intervenir los gobiernos en la vida digital de los menores? ¿Y cuál es el rol de las familias ante los riesgos de las redes sociales?
Si bien algunos sectores celebran la medida como una forma urgente de proteger la salud mental de niños y adolescentes, otros cuestionan si podría significar una restricción a los derechos digitales o abrir la puerta a mecanismos de vigilancia más invasivos. En este contexto, Australia se convierte en un laboratorio de prueba para políticas públicas digitales centradas en la infancia.
Por ahora, el mundo observa con atención el impacto que esta legislación tendrá sobre el comportamiento online de los jóvenes y el posible efecto dominó en otros países que buscan nuevas respuestas frente a los desafíos de la vida digital de los menores.
Fuente: uahurtado.cl
La decisión del gobierno de Australia de prohibir el acceso a redes sociales para menores de 16 años a partir de noviembre de 2025 ha reactivado el debate global sobre los riesgos del entorno digital y la salud mental de niños y adolescentes. La medida —una de las más estrictas a nivel mundial— busca proteger a los menores de edad en internet frente a los impactos negativos asociados al uso intensivo de plataformas como Instagram, TikTok o Snapchat.
Según datos del gobierno australiano, casi dos tercios de los adolescentes entre 14 y 17 años han sido expuestos en línea a contenido perjudicial, incluyendo violencia explícita, consumo de drogas, suicidio y autolesiones. Ante este panorama, el país oceánico se adelanta al resto del mundo con una normativa que podría sentar precedentes para otras legislaciones.
Esto fue lo que abordaron en el programa Sana Mente de CNN Chile, donde fue entrevistado Lucio Gutiérrez, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado, para quien este no es un debate que se limite a lo político o educativo: “El uso de las redes sociales y el uso de los smartphones es un tema de crianza. No es un tema solo de políticas públicas, no es un tema solo de educación, es un tema de crianza”, enfatiza el académico. Gutiérrez pone sobre la mesa una discusión clave: ¿Hasta qué punto deben intervenir los gobiernos en la vida digital de los menores? ¿Y cuál es el rol de las familias ante los riesgos de las redes sociales?
Si bien algunos sectores celebran la medida como una forma urgente de proteger la salud mental de niños y adolescentes, otros cuestionan si podría significar una restricción a los derechos digitales o abrir la puerta a mecanismos de vigilancia más invasivos. En este contexto, Australia se convierte en un laboratorio de prueba para políticas públicas digitales centradas en la infancia.
Por ahora, el mundo observa con atención el impacto que esta legislación tendrá sobre el comportamiento online de los jóvenes y el posible efecto dominó en otros países que buscan nuevas respuestas frente a los desafíos de la vida digital de los menores.
Fuente: uahurtado.cl