Lee la columna de opinión “Reflexiones en torno a la aceptación y el orgullo” de los docentes del Curso Neurodiversidad, Autismo y Bienestar Integral en la Escuela

El 06 de julio fue publicada la columna de opinión “Reflexiones en torno a la aceptación y el orgullo” escrita por Alejandro Wasiliew y Gabriel Oñate, docentes del Curso Neurodiversidad, Autismo y Bienestar Integral en la Escuela en el medio Página 19.

Te invitamos a leerla a continuación:

“En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) eliminó la “desviación sexual”, tipificada como trastorno de la personalidad en la primera versión del Manual de Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM). Además de esto, llamó a eliminar toda forma de discriminación en la legislación a personas gais y lesbianas. Aquello supuso un hito en el sinuoso cambio del paradigma acerca de cómo se entiende la diversidad sexo-genérica. Este giro, que va desde la patologización hacia la aceptación y valoración, es el resultado de la movilización y lucha de las comunidades LGBTIQA+, quienes han sabido defenderse de la discriminación a partir de la dignidad y el orgullo de ser quienes son.

En paralelo, el autismo aún es identificado como un trastorno por la APA —la etiqueta diagnóstica en el vigente DSM-5 es trastorno del espectro autista o TEA—. La comunidad autista lleva más de dos décadas impulsando una comprensión distinta acerca de esta forma de neurodesarrollo, la cual se enmarca en la aceptación y valoración de la neurodiversidad humana. Desde esta visión no se niega que las personas autistas pueden presentar rasgos que, en interacción con el medio, den lugar a desafíos significativos (por ejemplo, dificultades para sobrellevar la incertidumbre). Sin embargo, también advierte sobre la existencia de características neutras (como la preferencia por grupos pequeños y ambientes calmos) y de fortalezas (como la atención a los detalles, la honestidad y la empatía) que, reconocidas y valoradas, tienen el potencial de beneficiar a la comunidad en su conjunto. Es desde esta certeza que en 2005 representantes internacionales de la comunidad autista instauraron el Día del Orgullo aAutista, a celebrarse cada 18 de junio.

Como se evidencia, existen coincidencias en la trayectoria de interacciones que las comunidades LGBTIQA+ y autista han tenido en el modo en que desde la medicina se ha concebido la diferencia. En la medida que exista una norma o modelo de persona normal, constituida tanto de una heteronorma como una neuronorma, ambas luchas seguirán vigentes y activas. En el Mes del Orgullo LGBTIQA+ y el Día del Orgullo Autista, exhortamos a que generadores de políticas públicas, profesionales de la educación y salud, medios de comunicación y familias, apoyen los discursos que emergen de las propias comunidades, ya que las personas que las integran tienen derecho preferente a decir por sí mismas quiénes son y cómo esperan ser tratadas”.

Léela también en Página 19.

Lee la columna de opinión “Reflexiones en torno a la aceptación y el orgullo” de los docentes del Curso Neurodiversidad, Autismo y Bienestar Integral en la Escuela

El 06 de julio fue publicada la columna de opinión “Reflexiones en torno a la aceptación y el orgullo” escrita por Alejandro Wasiliew y Gabriel Oñate, docentes del Curso Neurodiversidad, Autismo y Bienestar Integral en la Escuela en el medio Página 19.

Te invitamos a leerla a continuación:

“En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) eliminó la “desviación sexual”, tipificada como trastorno de la personalidad en la primera versión del Manual de Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM). Además de esto, llamó a eliminar toda forma de discriminación en la legislación a personas gais y lesbianas. Aquello supuso un hito en el sinuoso cambio del paradigma acerca de cómo se entiende la diversidad sexo-genérica. Este giro, que va desde la patologización hacia la aceptación y valoración, es el resultado de la movilización y lucha de las comunidades LGBTIQA+, quienes han sabido defenderse de la discriminación a partir de la dignidad y el orgullo de ser quienes son.

En paralelo, el autismo aún es identificado como un trastorno por la APA —la etiqueta diagnóstica en el vigente DSM-5 es trastorno del espectro autista o TEA—. La comunidad autista lleva más de dos décadas impulsando una comprensión distinta acerca de esta forma de neurodesarrollo, la cual se enmarca en la aceptación y valoración de la neurodiversidad humana. Desde esta visión no se niega que las personas autistas pueden presentar rasgos que, en interacción con el medio, den lugar a desafíos significativos (por ejemplo, dificultades para sobrellevar la incertidumbre). Sin embargo, también advierte sobre la existencia de características neutras (como la preferencia por grupos pequeños y ambientes calmos) y de fortalezas (como la atención a los detalles, la honestidad y la empatía) que, reconocidas y valoradas, tienen el potencial de beneficiar a la comunidad en su conjunto. Es desde esta certeza que en 2005 representantes internacionales de la comunidad autista instauraron el Día del Orgullo aAutista, a celebrarse cada 18 de junio.

Como se evidencia, existen coincidencias en la trayectoria de interacciones que las comunidades LGBTIQA+ y autista han tenido en el modo en que desde la medicina se ha concebido la diferencia. En la medida que exista una norma o modelo de persona normal, constituida tanto de una heteronorma como una neuronorma, ambas luchas seguirán vigentes y activas. En el Mes del Orgullo LGBTIQA+ y el Día del Orgullo Autista, exhortamos a que generadores de políticas públicas, profesionales de la educación y salud, medios de comunicación y familias, apoyen los discursos que emergen de las propias comunidades, ya que las personas que las integran tienen derecho preferente a decir por sí mismas quiénes son y cómo esperan ser tratadas”.

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