Columna de opinión: “Son 340.500 niños” | Javiera Navarro

Señor director: Celebramos, agradecemos y nos sumamos a la carta de Javier Silva (viernes), uno de los dos papás de Clemente y Lola. A los 500 niños/as que han sido reconocidos por la Ley de Matrimonio Igualitario que deberán pasar por cientos de situaciones donde se les preguntará por el apellido de una mamá o papá que no existen, queremos sumar a los más de 340 mil niños/as creciendo en familias monoparentales sin reconocimiento paterno o sin la existencia de una figura paterna porque han sido concebidos por mujeres en un proyecto de familia singular (a través de la donación de espermios).

Nuestros niños/as pasan por la misma situación cuando se les pregunta por el apellido de su papá.

¿Qué tiene que pasar en Chile para que realmente reconozcamos las diversidades familiares, tal como pregunta Javier? ¿ Hasta cuándo tenemos que llenar formularios o celebrar días que solo provocan desconcierto en nuestras familias?

Hoy miles de niños y niñas crecen en familias llenas de amor y con cuidadoras principales que hacen de todo por cuidarles y quererles, sin importar si esos cuidadores son una o dos, mujeres u hombres.

Los/as niños/as necesitan figuras de apego para garantizar su salud mental adulta, alguien que esté disponible para protegerlos y restablecer su sentido de seguridad. No importa ni el sexo ni el número. Si importan los 340.500 niños/as que llegan a un país que aún no los reconoce.

Carta publicada en El Mercurio por la Dra. Javiera Navarro y Soledad Cartagena

Columna de opinión: “Son 340.500 niños” | Javiera Navarro

Señor director: Celebramos, agradecemos y nos sumamos a la carta de Javier Silva (viernes), uno de los dos papás de Clemente y Lola. A los 500 niños/as que han sido reconocidos por la Ley de Matrimonio Igualitario que deberán pasar por cientos de situaciones donde se les preguntará por el apellido de una mamá o papá que no existen, queremos sumar a los más de 340 mil niños/as creciendo en familias monoparentales sin reconocimiento paterno o sin la existencia de una figura paterna porque han sido concebidos por mujeres en un proyecto de familia singular (a través de la donación de espermios).

Nuestros niños/as pasan por la misma situación cuando se les pregunta por el apellido de su papá.

¿Qué tiene que pasar en Chile para que realmente reconozcamos las diversidades familiares, tal como pregunta Javier? ¿ Hasta cuándo tenemos que llenar formularios o celebrar días que solo provocan desconcierto en nuestras familias?

Hoy miles de niños y niñas crecen en familias llenas de amor y con cuidadoras principales que hacen de todo por cuidarles y quererles, sin importar si esos cuidadores son una o dos, mujeres u hombres.

Los/as niños/as necesitan figuras de apego para garantizar su salud mental adulta, alguien que esté disponible para protegerlos y restablecer su sentido de seguridad. No importa ni el sexo ni el número. Si importan los 340.500 niños/as que llegan a un país que aún no los reconoce.

Carta publicada en El Mercurio por la Dra. Javiera Navarro y Soledad Cartagena