SEÑOR DIRECTOR:
Presenciamos una polémica pública por la difusión de documentos ministeriales que refieren a la educación sexual de niños y niñas en escuelas.
Llama la atención la reacción tardía de algunos políticos en torno a textos difundidos hace más de cinco años, correspondientes a orientaciones para promover una enseñanza sobre la sexualidad, la afectividad y la inclusión de temas de diversidad sexual. Todos son documentos que han sido difundidos como sugerencias del Ministerio de Educación, pues ninguno tiene un carácter mandatorio para las escuelas.
Al respecto, nos parece urgente insistir en que la educación sobre sexualidad, género y afectividad en las escuelas es urgente. La convivencia escolar está teñida por problemas de discriminación y violencia de género. Diferentes reportes han mostrado, por ejemplo, el aumento de los insultos sexistas y homofóbicos en Chile a través del ciberbullying. El problema es real y afecta a las comunidades educativas.
Pese a la polémica, profesores, apoderados y estudiantes demandan contar con fuentes de información serias y con un plan de capacitación y formación robusto para enfrentar estos temas que afectan el desarrollo de la convivencia y, por consiguiente, de los aprendizajes escolares. En este empeño, el rol del Estado es fundamental, como garante de la protección y la educación de la infancia. Esto en absoluto significa pasar a llevar el rol formador de las familias, sino que al contrario, es una tarea de colaboración entre ellas.
Escrita por: María Teresa Rojas, Pablo Astudillo, Jaime Barrientos, Alejandra Falabella y Ximena Poblete | Universidad Alberto Hurtado
Columna publicada en La Tercera
SEÑOR DIRECTOR:
Presenciamos una polémica pública por la difusión de documentos ministeriales que refieren a la educación sexual de niños y niñas en escuelas.
Llama la atención la reacción tardía de algunos políticos en torno a textos difundidos hace más de cinco años, correspondientes a orientaciones para promover una enseñanza sobre la sexualidad, la afectividad y la inclusión de temas de diversidad sexual. Todos son documentos que han sido difundidos como sugerencias del Ministerio de Educación, pues ninguno tiene un carácter mandatorio para las escuelas.
Al respecto, nos parece urgente insistir en que la educación sobre sexualidad, género y afectividad en las escuelas es urgente. La convivencia escolar está teñida por problemas de discriminación y violencia de género. Diferentes reportes han mostrado, por ejemplo, el aumento de los insultos sexistas y homofóbicos en Chile a través del ciberbullying. El problema es real y afecta a las comunidades educativas.
Pese a la polémica, profesores, apoderados y estudiantes demandan contar con fuentes de información serias y con un plan de capacitación y formación robusto para enfrentar estos temas que afectan el desarrollo de la convivencia y, por consiguiente, de los aprendizajes escolares. En este empeño, el rol del Estado es fundamental, como garante de la protección y la educación de la infancia. Esto en absoluto significa pasar a llevar el rol formador de las familias, sino que al contrario, es una tarea de colaboración entre ellas.
Escrita por: María Teresa Rojas, Pablo Astudillo, Jaime Barrientos, Alejandra Falabella y Ximena Poblete | Universidad Alberto Hurtado
Columna publicada en La Tercera